Hace unos días nos preguntábamos si era posible educar a nuestros/as hijos e hijas para SER MÁS FELICES. Después de asistir a la charla de ayer de  “Educar para la felicidad: Psicología Positiva” organizada por el programa de formación de padres y madres de la Universidad Popular hoy podemos decir «SÍ SE PUEDE».

Cuando las familias educan, quieren ayudar a que sus hijos e hijas crezcan siendo autónomos y responsables, que sean competentes social y emocionalmente y por supuesto desean contribuir a que sean felices en el presente y en el futuro.

La psicología positiva trata de aumentar el bienestar de las personas. Se entiende por esta disciplina: “el estudio científico del funcionamiento humano óptimo” y se interesa por todo aquello que puede hacer que las personas vivan mejor. Para ello propone que nos centremos en el desarrollo de fortalezas como la gratitud, el perdón, el sentido del humor, la sabiduría, la atención plena, el afecto, el optimismo, el aprecio de la belleza o el disfrute de los placeres. Su principal impulsor es Martín Segigman.

¿Cómo podemos llevar a cabo una educación positiva?
Potenciando sus puntos fuertes. Podríamos hablar de educar en el asombro, en el disfrute por lo que se hace o en utilizar el sentido del humor. Manteniendo la esperanza, persistiendo, estando atentos y siendo conscientes de los demás.

Os dejamos aquí algunas ideas que nos han apuntado en la charla de hoy:

  • Tarjeta de gratitud: donde escribimos o dibujamos algo para dar las gracias a alguien que nos ha ayudado
  • 3 agradecimientos diarios o cosas buenas del dia: antes de acostarse, hacerle pensar en 3 acciones del día por las que estar agradecido.
  • Caricias y abrazos: intentar mantener una buena cercanía corporal.
  • Respira, atento y sereno: encontrar un momento del día para calmar su mente y hacerse consciente de su respirar.
  • Anima la desaceleración: actividades con intencionada lentitud y esmero.
  • Ponte en su lugar: “cómo te sentirías tú si…”
  • No pasa nada: ayúdale a sobrellevar las frustraciones de la vida. “Es de personas fuertes soportar los fallos”
  • El que sigue, la consigue: anímale a organizarse y a persistir en su empeño. 

«Tus hijos se ríen y sonríen por cualquier motivo. Aprende de ello.
Si estamos cerca, compartiendo su tiempo, ¡compartiremos sus risas!»

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